Oftalmología Pediátrica
Control y Diagnóstico
Realizar un control y diagnóstico oportuno es fundamental para que no les afecte en sus actividades diarias y poder detectar también otro tipo de patologías. Conoce cuáles son las señales de alerta. Controlar la salud visual de los niños es igual de importante que hacerlo en la edad adulta. De hecho, la recomendación de los especialistas es realizar el primer chequeo oftalmológico a los 4 años de edad, siempre y cuando no se detecte algún signo sospechoso antes de eso.
Según explica el doctor Francisco Conte, oftalmólogo del Centro de la Visión, los principales problemas a la vista que presentan los niños en nuestro país son miopía, astigmatismo e hipermetropía.
“Estos errores refractivos constituyen la principal causa de limitación visual entre los escolares chilenos, lo que implica que el niño es incapaz de realizar sus actividades diarias en forma normal. Según un estudio realizado hace quince años en este grupo, los escolares con limitación visual llegaban al 8,6% en el año 2000, porcentaje que aumentó a cerca de 15% en un estudio más reciente”, comenta el especialista.
Luego vienen problemas relacionados con la ambliopía u “ojo flojo” y el estrabismo o desviación de los ojos.
“No hay causas claras del incremento de los errores refractivos y hasta ahora sólo existen hipótesis como que las condiciones genéticas de la población chilena la hacen más susceptible a este tipo de errores. Sin embargo, una de las teorías que tiene mayor fundamento científico es, para el caso específico de la miopía, que este problema se podría manifestar por el hecho de que en la actualidad los niños tienden a permanecer más horas en actividades “indoor” o bajo techo, con menor contacto con la luz radiante al sol, atraídos muchas veces por actividades frente a pantallas de diversos tipos”, dice el doctor Conte.
Controlar a tiempo
Lo importante es consultar siempre que haya sospecha de un trastorno de la visión, ya sea porque se detecta algunos de los síntomas de los errores refractivos, porque existe una desviación de los ojos (estrabismo) o porque se presenta cualquier alteración de la anatomía de los mismos, como, por ejemplo, una caída de los párpados (ptosis) o una pupila alterada de tamaño (discoria) o de color blanco (leucocoria).“Todo niño debe realizarse un chequeo en forma preventiva a los 4 años, ya que muchas veces no hay mayores síntomas visibles de una enfermedad visual para el pediatra, los padres o los profesores, que sí puede ser detectada por un especialista”, comenta el doctor Conte. Luego, si el niño tiene lentes recetados, el control debe hacerse al menos una vez por año, salvo que el oftalmólogo lo cite con otra periodicidad.Si en el primer control no se encontró ninguna patología y no hay antecedentes oftalmológicos importantes en la familia directa, se sugiere un control cada dos años hasta los 8 años de edad.
Prevenir es mejor que curar
Miopía, astigmatismo e hipermetropía son los problemas visuales más comunes en niños en nuestro país.
Principales enfermedades visuales en niños
- Miopía: el niño percibe borrosos los objetos lejanos debido a que la imagen se forma delante de la retina, ya sea porque la córnea, el cristalino o ambos son ópticamente muy potentes, o bien porque el ojo es más largo de lo normal.
- Hipermetropía: se produce porque el ojo es más corto de lo habitual o porque la potencia óptica de su cristalino y/o de su córnea es menor de lo normal, afectando principalmente la visión de cerca. Muchos niños tienen hipermetropía como condición fisiológica mientras su ojo está aumentando de longitud durante el desarrollo. En el caso de los niños o jóvenes que tienen hipermetropía no muy alta, pueden no manifestar síntomas, ya que lo compensan mediante la acomodación o “enfoque”: el cristalino incrementa su potencia aumentando su espesor y curvatura por la contracción de los músculos que lo rodean.
- Astigmatismo: es cuando la información procedente de los objetos que se están observando y que entran en el ojo se enfocan en más de un punto de la retina. Esto provoca una visión distorsionada, ya que en los ojos normales las imágenes se enfocan en un único punto de la retina.