Aumento de hormonas del estrés podrían ser “gatillante” de algunos problemas como la coriorretinopatía central serosa. El estrés es una respuesta del organismo frente a lo que podemos considerar una amenaza. En otras palabras, es una reacción fisiológica que nos prepara para la acción, que nos permite estar alerta.
En los animales, es la respuesta que les permite arrancar de un depredador. Para esto, nuestro organismo secreta algunas hormonas como el cortisol y glucocorticoides. Sin embargo, la vida moderna ha hecho que el estrés sea un elemento constante, por lo que estamos la mayor parte del tiempo con altos niveles de estas hormonas en la sangre. El doctor Ricardo Stevenson, oftalmólogo del Centro de la Visión, explica que existe una serie de patologías que afectan la visión y que se pueden gatillar con el tiempo. Una de ellas es la coriorretinopatía central serosa (CCS). La CCS es de carácter benigno y afecta la retina, presentándose con visión borrosa y percepción de manchas o líneas torcidas, también como dificultades para enfocar aquello que estamos leyendo. En términos sencillos, se produce por un desorden hormonal, en el que los glucocorticoides alteran la coroides, un tejido vascular y conectivo que nutre el ojo y que lo vuelve permeable, facilitando la posibilidad de que el fluido pase por debajo de la retina. “En unos reducidos casos esta afección puede afectar gravemente la visión en forma irreparable. En todo caso, el estrés es sólo gatillante y no causante directo”, dice el especialista. El doctor Stevenson señala también que existen otras enfermedades relacionadas con el sistema inmune y el vascular que se podrían ver favorecidas con cuadros importantes de estrés. Por último, es importante tener en cuenta que las personas deben estar atentas a cualquier cambio que tengan en su visión y visitar al médico especialista si notan algún problema, indica. Por ejemplo, el temblor del párpado inferior o superior está relacionado con el estrés, pero no con dificultades de visión. “Se produce por irritabilidad muscular exacerbada que hace que las fibras de los músculos de los párpados se contraigan involuntariamente. Se asocia a estrés y a otros irritantes musculares como las hormonas tiroideas en el hipertiroidismo, pero no afecta la visión”, aclara el oftalmólogo.