Estas técnicas quirúrgicas se utilizan para corregir principalmente los vicios de refracción como la miopía y el astigmatismo. En casos seleccionados se puede considerar la corrección de hipermetropía. Están afecciones visuales son muy comunes y su prevalencia aumenta cada año, sin embargo la mayoría de ellas son tratables hoy en día mediante técnicas láser como Lásik, PRK y SMILE.
La doctora Claudia Zapata, oftalmóloga especialista en córnea, catarata y cirugía refractiva del Centro de la Visión, explica que en el caso de Lásik y PRK se utiliza un láser Excimer, cuya longitud de onda permite tallar la córnea para compensar un defecto refractivo de manera muy precisa, tanto en miopía, astigmatismo y casos seleccionados de hipermetropía.
“En el LASIK, utilizando un láser realizamos un flap corneal muy delgado, una especie de lámina transparente que protege el área tratada, esto permite una recuperación visual más rápida y un postoperatorio más cómodo. Por otra parte, en cirugía PRK no realizamos dicho flap y utilizamos un lente de contacto por 3 a 5 días hasta que la córnea se recupera ”, señala.
“La técnica SMILE, mediante la tecnología de láser Femtosegundo, nos permite crear un lentículo intracorneal, una especie de botón corneal, que se extrae con una micropinza de manera muy simple y sin molestias para el paciente. Con esto podemos alterar el grosor corneal y así corregir de forma precisa miopías y astigmatismos más altos que en otras técnicas láser”, agrega la especialista.
“Habitualmente recomendamos Lásik cuando todos los parámetros de la córnea están en condiciones adecuadas para la realización de un flap, es decir contamos con un buen grosor y regularidad corneal entre otras variables. En la PRK podemos tratar córneas más delgadas con una mayor tolerancia a pequeás irregularidades. SMILE nos permite tratar un mayor rango de dioptrías.
Tanto Lásik, PRK y SMILE son excelentes técnicas, lo importante es la evaluación preoperatoria del paciente y saber determinar la técnica adecuada para la córnea de cada paciente y el vicio de refracción que padece.
Sobre los riesgos, la especialista indica que, como todo procedimiento quirúrgico, la cirugía láser tiene riesgos, pero afortunadamente con estas técnicas son extremadamente bajos. “La infección es el riesgo más importante, pero se toman todas las medidas para evitarla.
Otro riesgo es el ojo seco que puede aparecer después de la cirugía en forma leve y temporal. El ojo seco severo puede ser evitado mediante un adecuado estudio preoperatorio y si el paciente posee riesgos debemos plantear otro tipo de cirugía”. explica.