Es clave que padres estén alertas a la visión de sus hijos ya que, si en los primeros años de vida algo impide que el cerebro reciba imágenes nítidas, se produce una baja en el potencial visual que quedará así por toda la vida si no se corrige a tiempo.
¿A qué señales hay que estar atentos para consultar?
La doctora Alejandra Roizen, oftalmóloga del Centro de la Visión – Red Centro Oftalmológico Láser, explica que los niños desarrollan su visión hasta los 9 años. Eso quiere decir que, si bien todos nacemos con el potencial de ver, necesitamos tener una experiencia visual apropiada para lograr desarrollar todo ese potencial.
“Es por eso que todo niño debe tener un control oftalmológico a los 4 años. En caso de tener padres con problemas importantes de visión, la primera consulta se realiza alrededor del año y, en el caso de que le noten al niño antes cosas como desviación ocular, o cualquier cosa que haga sospechar a los padres que este niño podría no ver bien deben consultar en ese momento”, señala.
Con respecto al uso de lentes, aclara que a cualquier edad se puede diagnosticar un problema de visión y que, cuando es necesario, no hay límite en ese sentido para poder adaptar un lente.
Síntomas de defectos refractivos
Los niños pueden necesitar lentes cuando presentan un defecto refractivo que pueda interferir con el desarrollo visual de uno o ambos ojos. Este defecto puede estar en el contexto de una desviación ocular o en la causa de síntomas como:
> Acercarse demasiado para ver.
> Girar la cabeza para ver algo específico.
> Mal desempeño escolar.
> Caídas frecuentes.
> Dolor de cabeza.
> Aversión a la lectura.
> Mareos y cansancio.
Los defectos refractivos de los niños pueden ser hipermetropía, miopía o astigmatismo y la decisión de cuando recetar lentes va a depender de la edad del niño, de su nivel de defecto y de la simetría de este en ambos ojos.
La especialista especifica al respecto que “una vez usando los lentes, se debe controlar dependiendo de si hay factores asociados. En caso de mal desarrollo de uno o ambos ojos o si se asocia a estrabismo, los controles serán más seguidos; lo mismo si el defecto es muy grande o el niño muy pequeño. En otros casos, generalmente los lentes se chequean 1 o 2 veces al año.
Recomendaciones para padres
Asimismo, la oftalmóloga comenta que es importante que los padres tomen la indicación del uso de lentes de la manera más positiva posible; ellos deben ser categóricos y disciplinados en trasmitir la necesidad de uso a sus hijos.
“No se le indica un ‘lente de descanso’ a un niño pequeño, se recomienda cuando es muy necesario y las consecuencias de no usarlo pueden durar toda la vida. Se debe tomar como una suerte el poder haberse dado cuenta a tiempo”, advierte.
Para llevar este proceso de la mejor manera, sugiere:
> Buscar lentes apropiados para la cara del niño.
> En caso de tener edad suficiente, es bueno que ellos elijan el marco, para que le guste y se motive a usarlo.
> Los lentes deben quedar bien ajustados frente a los ojos, ser orgánicos o de policarbonato nunca de cristal (por el riesgo de caídas y accidentes en los niños).
Lentes en coronavirus
La doctora aclara que, en el contexto de la pandemia por coronavirus, los anteojos son incluso una barrera protectora en caso de ser manipulados con las manos limpias y que no los toque ningún infectado, ya que constituyen un obstáculo que aleja posibles contagios.
En cuanto a los controles, dice que “si hay pacientes que requieren cambiar sus lentes y estos están en buenas condiciones, puede postergarse por un período limitado de tiempo, pero si están rayados o sueltos o se perdieron, o el paciente está manifestando sintomatología, es mejor acudir a revisarlos”.
En caso de tener que ir presencialmente, asegura que “actualmente en el Centro de la Visión contamos con todas las medidas de cuidado recomendadas para la seguridad de todos”. Para la visita sugiere seguir todas las precauciones conocidas:
> Ojalá que asista solo un adulto y el niño paciente,
> Ambos deben usar mascarilla.
> Lavarse las manos frecuentemente y usar alcohol gel.
> No acercarse a nadie más de 1.5 metros.
> No acudir en caso de tener sintomatología como dolor de cabeza, fiebre, tos o dolor muscular”.
Agrega que “lamentablemente no es posible realizar este control utilizando telemedicina. Si se trata de un control de rutina de los 4 años, puede postergarse un par de meses si no hay ningún síntoma o antecedente de sospecha de patología. En caso contrario, es posible asistir a consulta tomando las medidas de seguridad mencionadas”.
¿Se recomiendan los lentes de contactos en niño?
Los niños pueden usar lentes de contacto en general a partir de la adolescencia en caso de motivación y compromiso con el cuidado de ellos. Es una decisión que se toma en conjunto con la familia del paciente para evaluar si el paciente será capaz de hacerse responsable.
Es posible adaptar lentes de contacto a edades más precoces, incluso en lactantes en ciertos casos específicos por indicación médica. Hay que evaluar caso a caso para tomar esta decisión. En estos momentos de emergencia sanitaria, por la manipulación del ojo que requieren los lentes de contacto, no son recomendables en la mayoría de los casos, con ciertas excepciones. Deben siempre manipularse con extremo cuidado, lavarse las manos minuciosamente antes de ponerlos o sacarlos y guardarlos en un estuche limpio con los líquidos apropiados.