El problema radica en que muchos esperan hasta última hora para visitar un especialista.
La discapacidad visual representa el 36% de todas las discapacidades, es la más importante y afecta a unos 800 mil chilenos que no ven bien. Muchos por patologías tratables y evitables. El doctor Carlos Espech, oftalmólogo del Centro de la Visión, señala que es un tema recurrente a nivel nacional y creciente en los últimos años.
“Hay personas que ven muy bien de cerca, incluso siendo mayores de 40 años, a diferencia de otros que entorno a esa edad ya se cansan en la lectura. Muchos dicen no necesito ir al doctor porque veo bien de cerca, pero es muy habitual que eso vaya acompañado de una visión insuficiente para lejos, y se dan cuenta al ser rechazados al momento de renovar la licencia para conducir, ya que no alcanzan a ver lo que exige la ley, por ejemplo”, sostiene.
Para algunos existe un tema de vanidad o estético para no querer usar lentes, aunque en el último tiempo a causa del aumento en el uso y sobreuso de pantallas, cuenta el doctor, son más quieren desean usarlos. “Incluso hay personas que hasta se ponen tristes cuando se les dice que todavía no es necesario”, indica.
Controles periódicos
Evitar ver mal es posible, acudiendo a los controles en forma periódica. “El control oftalmológico periódico -que debiese ser en los niños desde los 4 años y en los mayores de 40 años anual-, es fundamental porque no solamente se puede ver mal por un problema exclusivo de lentes. Son muchas otras las enfermedades que pueden estar causando problemas en la visión que son súper necesarias de diagnosticar a tiempo, como el glaucoma que es silencioso, en general no molesta, y si no se detecta a tiempo todo lo que el paciente haya perdido de visión no es recuperable”, enfatiza.
Es fundamental la educación para evitar que las personas compren cualquier lente en la calle. “Es muy negativo comprar los lentes pensando que son mejores mientras más grandes permitan ver las letras. Eso solo acelera la pérdida de visión cercana. La recomendación internacional es que a partir de los 40 años los controles sean anuales. Si en el control el paciente está sano en lo visual y no tiene factores de riesgo ni parientes con enfermedades heredables, el oftalmólogo lo podrá citar cada dos años”, asegura.