Con la primavera aumenta la concentración de alérgenos en el ambiente, y con esto enfermedades como la conjuntivitis alérgica, picazón, ardor ocular y la sensación de un cuerpo extraño en el ojo son algunos de los síntomas que pueden alertar de la presencia de conjuntivitis alérgica, una enfermedad ocular que se presenta como reacción a en el ambiente.
“La conjuntivitis alérgica, consiste en la inflamación de la conjuntiva que es la membrana mucosa que recubre el globo ocular y los párpados”, explica la doctora Claudia Zapata, oftalmóloga del Centro de la Visión.
El polen, ácaros, caspa y pelo animal, polución y son algunos de los elementos ambientales que pueden desencadenar una reacción alérgica. Durante la primavera aumenta la concentración de alergenos en el ambiente por lo que aumentan los casos de conjuntivitis alérgica.
Síntomas
- Picazón
- Ardor ocular
- Sensación de cuerpo extraño
- Aumento del lagrimeo
- Lágrima más espesa
- Enrojecimiento
- Congestión ocular
Diagnóstico
La conjuntivitis alérgica se diagnostica principalmente durante la evaluación en consulta con un especialista oftalmólogo. “A través del examen físico encontramos signos característicos de la alergia ocular como: reacción papilar conjuntival, edema conjuntival, alteración de la película lagrimal e infiltrados inflamatorios en algunos casos”, explica la oftalmóloga. De no ser tratada, la conjuntivitis alérgica podría llegar a producir riesgo de infección bacteriana, ya que con la inflamación las barreras protectoras del ojo disminuyen. Además, en pacientes con , el frote de los ojos puede agravar esta condición o incluso inducirlo en aquellos que están en riesgo de tenerlo.
Tratamiento
“Habitualmente usamos un tratamiento escalonado, dependiendo de la intensidad de la alergia y los antecedentes del paciente. La primera indicación es mejorar las condiciones ambientales para disminuir la exposición al alérgeno, pero lamentablemente muchas de las veces es difícil hacerlo”, señala la doctora Zapata.
Respecto al tratamiento farmacológico, es casos leves se utilizan antihistamínicos tópicos u orales asociados a lubricación. Cuando el caso es más severo se recurre al uso de corticoides o inmunosupresores tópicos.