La retinopatía diabética es la principal manifestación del compromiso ocular secundario a la diabetes. En Chile es la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral por lo que constituye un importante problema de salud pública.
Factores de riesgo
Los siguientes factores aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad
- tiempo de evolución de la diabetes (mientras mas años de enfermedad hay mas riesgo de tener retinopatía diabética)
- Mal control metabólico (glicemias elevadas)
- Hipertensión arterial mal controlada
- Niveles de colesterol altos
- Embarazo
- Consumo de tabaco
Etiología
El origen de la enfermedad se centra en los altos niveles de glucosa en sangre. Estos altos niveles de glucosa en sangre generan daño en unas células conocidas como pericitos. Al dañarse los pericitos se altera el endotelio de los vasos sanguíneos retinales, generando aumento de la permeabilidad vascular provocando extravasación del contenido sanguíneo hacia la retina, lo que se traduce en aparición de exudados lipídicos y edema macular. Por otro lado se produce debilidad de la pared vascular con formación de microaneurismas los cuales pueden sufrir cierre capilar generando isquemia. La isquemia se manifiesta con aparición de manchas algodonosas, y liberación de factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF) con aparición de Neovasos que pueden provocar como complicación hemorragia vitrea y glaucoma.
En etapas avanzadas el proceso cicatricial puede desencadenar un desprendimiento de retina traccional.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en un examen de fondo de ojo dilatado y exámenes complementarios (retinografía, angiografía, OCT y angio OCT) que nos ayudarán a orientar el mejor tratamiento para cada caso en particular.
Según los hallazgos al fondo de ojo podremos clasificar la retinopatía diabética según gravedad en
- Retinopatía diabética no proliferativa (leve, moderada o severa)
- Retinopatía diabética proliferativa
La mayoría de las veces la enfermedad avanza silenciosamente sin producir síntomas. Es por esto que el control oftalmológico rutinario de los pacientes diabéticos, al menos una vez al año es primordial, no solo para hacer un diagnóstico precoz, sino también seguimiento y tratamiento en caso de ser necesario.
Prevención
Dado que el daño se genera por altos niveles de glucosa en la sangre será primordial mantener un buen control de la enfermedad de base, junto con esto está demostrado que el buen control de la presión arterial y del colesterol también evitan la aparición de la enfermedad, indica el especialista Dr. Fernando Zavala.
Tratamiento
En el caso que no pueda evitarse la aparición de la enfermedad será necesario realizar tratamiento, el cual va desde sólo observación y control metabólico (retinopatía diabética no proliferativa leve y moderada), pasando por la panfotocoagulación (RDNP severa y retinopatía diabética proliferativa),inyecciones intravítreas (edema macular y neovascularización)y vitrectomía(hemorragia vítrea y desprendimiento de retina), lo que dependerá del daño a nivel retinal.
A pesar de lo grave que puede llegar a ser la enfermedad con un adecuado seguimiento y manejo con oftalmólogos expertos los resultados son buenos.
En conclusión, la retinopatía diabética es una complicación grave y común de la diabetes que puede provocar una pérdida irreversible de la visión. Es importante controlar la diabetes y someterse a exámenes oftalmológicos regulares para detectar la enfermedad en sus primeras etapas y tratarla de manera efectiva. El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de pérdida de visión. Los pacientes diabéticos deben mantener una buena gestión de su enfermedad, incluyendo mantener un nivel de azúcar en la sangre adecuado, hacer ejercicio regularmente, y seguir una dieta saludable. Si se le diagnostica retinopatía diabética, es importante seguir las recomendaciones de su oftalmólogo y realizar los tratamientos necesarios para proteger su visión y evitar complicaciones graves. Si usted tiene diabetes, es importante someterse a exámenes oftalmológicos regulares, incluso si no presenta síntomas de problemas de visión. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden salvar su visión.