Dejar un tratamiento a mitad de camino puede hacer que al retomarlo ya no sea tan exitoso.
La forma más económica de desarrollar políticas de salud es con la prevención, de esa manera se educa al paciente y se llega a diagnósticos más precoces, logrando que el tratamiento sea exitoso y, con ello, ahorrando mucho en costos de salud y evitando pérdidas de años útiles a futuro.
Es bueno informarse por internet, aunque no en cualquier web, pues muchas llevan a que el paciente se asuste. Más importante aún, ante cualquier cambio o algo que llame la atención, es necesario consultar un especialista y, sobre todo, seguir las indicaciones del tratamiento responsablemente una vez que ha sido diagnosticado.
En el caso del glaucoma -en que toda la pérdida de visión hasta que se detecta, no se recupera- el diagnóstico precoz es clave y luego llevar el tratamiento correcto, que en las primeras etapas se trata de gotas hipotensoras que se aplican directamente en los ojos para controlar la presión ocular.
“Hay que estar en contacto con el doctor. Usar sólo las gotas no quiere decir que está controlado, a veces puede estar progresando. Muchas veces ingresan al tratamiento y desaparecen un año y medio y quizás la enfermedad avanzó. La periodicidad de los controles depende de la gravedad del paciente”, indica el doctor Francisco Pooley, oftalmólogo especialista en glaucoma del Centro de la Visión.
Siempre que el paciente sea constante en su aplicación, se puede estabilizar la progresión del daño y conservar la visión. Si no hay respuesta satisfactoria con el tratamiento médico, se puede pasar al láser o una combinación de ambos, pudiendo llegar a requerir cirugía (trabeculectomia o tubos de drenaje).
En el caso de las cataratas, que afectan la agudeza visual, cualitativamente y cuantitativamente a veces, se puede acceder a tratamiento oportuno a todo nivel, pues está dentro del GES y son parte del Programa de Pago Asociado a Diagnóstico (PAD), que permite ser atendidos en clínicas por un costo conocido de antemano.