La ambliopía, también conocida como “ojo vago” es uno de los problemas visuales más comunes que se presenta en los niños. “Se trata de una disminución de la visión que ocurre cuando uno o ambos ojos envían una imagen borrosa al cerebro en el período en la infancia en que se desarrolla la visión. Cuando un menor tiene ambliopía, su cerebro “aprende” a ver borroso con ese ojo”, explica el doctor Francisco Conte oftalmopediatra del Centro de la Visión.
En la mayoría de los casos, la estructura del ojo no se ve afectada por lo que es difícil que los padres se den cuenta. Para diagnosticarlo, es necesario realizar una evaluación completa del médico oftalmopediatra a través de un chequeo preventivo a los cuatro años de edad. “Es importante diagnosticar la ambliopía ya que puede dejar un daño en la visión del o los ojos afectados para toda la vida. El tratamiento debe ser lo más precoz posible y ojalá antes de los 8 años de vida, que corresponde al período más sensible en la maduración y desarrollo de la visión”, indica el especialista. Cuando un niño llega a la consulta del oftalmopediatra, se realiza una medición de la agudeza visual, búsqueda de un eventual estrabismo (desviación de los ojos), evaluación de todas las estructuras oculares, incluyendo la retina y el nervio óptico (fondo de ojo) y determinación de la presencia o no de algún error refractivo (miopía, astigmatismo o hipermetropía)”, señala el doctor Conte.
Oftalmopediatra: prevención de daño a futuro
El ojo vago o ambliopía en los niños se produce por una o más de tres razones: 1) porque uno o los dos ojos están desviados, 2) porque uno o ambos ojos necesitan corregir la visión con lentes o bien, 3) porque uno o ambos ojos tienen alguna patología que obstruye su eje visual. Una vez detectada la ambliopía y la causa que la genera, se debe intentar la corrección. “Si un niño nace con una catarata unilateral debe ser operada lo antes posible para eliminar la causa de mala visión de ese ojo. O si un niño tiene un error refractivo importante (miopía, astigmatismo o hipermetropía), se le debe recetar lentes ópticos para lograr la mejor agudeza visual posible”, señala el doctor Francisco Conte. Muchas veces, junto con la corrección de la causa de la ambliopía, se debe intentar estimular el “ojo vago” o ambliope que no ha desarrollado bien su visión. Para eso, se “castiga” transitoriamente la visión del ojo bueno contralateral. El especialista, explica que, al tapar el ojo bueno, el cerebro esté obligado a utilizar únicamente el ojo ambliope por las horas que se use el parche. Otra manera de penalizar el ojo bueno es usar atropina en gotas oftálmicas, que provoca visión borrosa por un período de tiempo en el ojo con mejor visión, y así, el cerebro usa más el ojo contralateral que se desea que incremente su agudeza visual. “Entre ambas alternativas, el parche es la opción más utilizada en nuestro medio. Otra terapia, aún en perfeccionamiento, es la estimulación de ambos ojos con videojuegos especialmente creados y adaptados para el tratamiento de ambliopía”, indica el doctor Conte.
¿Qué pasa si no se trata a tiempo la ambliopía?
“Cuando eso ocurre puede quedar uno o ambos ojos con baja visión permanente que no se puede corregir ni con lentes e incluso con cirugía. Otra secuela posible, es que no se desarrolle adecuadamente la visión binocular, lo que se traduce en daño en la visión en profundidad o estereopsis (visión en 3D)”, dice el oftalmopediatra.