Dejar un tratamiento a mitad de camino puede hacer que al retomarlo ya no sea tan exitoso.
La intervención ha evolucionado otorgando resultados óptimos y seguros, además de una rápida recuperación.La miopía, astigmatismo y la hipermetropía son ejemplos de defectos refractivos, situaciones en las que, por mal funcionamiento óptico, el ojo no es capaz de proporcionar una buena imagen. Estos defectos son comunes en la población y tiene solución definitiva con cirugía.
El síndrome de ojo seco, se refiere al conjunto de signos y síntomas que se originan en la superficie ocular, principalmente en la córnea y conjuntiva, debido a la falta de lubricación. Es una condición que afecta al 15% de las personas mayores de 40 años y ocurre con mayor frecuencia en mujeres luego de la menopausia, debido a cambios hormonales naturales de esta etapa, explica el doctor Felipe Mellado, oftalmólogo del Centro de la Visión.
La miopía es una anomalía del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de objetos lejanos, la que se puede corregir a través de una cirugía láser. En la miopía se produce un desenfoque de la visión a la distancia, por distintas causas, en la que habitualmente hay una longitud axial mayor del ojo.
Esta enfermedad de la visión está relacionada principalmente a la edad, razón por la que llega a ser el 48% de los casos de ceguera en el mundo.
Las cataratas ocurren cuando el lente cristalino del ojo se vuelve opaco, lo que provoca una disminución en la visión. Es una condición muy común, principalmente como resultado natural del envejecimiento, pero también pueden ser causadas por otras enfermedades oculares, sistémicas, medicamentos, por herencia genética y lesiones traumáticas directas.